PRESENTACIÓN DEL BLOG

Érase una vez, un profesor de flauta que se propuso escalar la montaña mágica del aprendizaje. Ya en la cima, sin aliento y mucho más viejo, descubrió un universo de recursos para sus audiciones. Pero al ver tal poder y pensar en los años de vida que había gastado subiendo aquella montaña, lo guardó celosamente en su mano para que ningún otro docente lo encontrase. Sin embargo, lejos de retenerlo completamente, un atisbo de aquel universo se derramó entre sus dedos dejando volar minúsculos cristales de Boehm que se esparcieron por la montaña. Y allí nació Flautasía, un lugar donde los pequeños siempre soñaban con la flauta.
















viernes, 26 de diciembre de 2014

MI PEQUEÑO HOMENAJE FLAUTÍSTICO



Publicado en Revista "Flauta y Música"

Nº 35 del año XVIII (ENERO DE 2013)



La historia de la música cuenta con innumerables anécdotas sobre la relación entre los animales y la música, y es que es sabido entre todos que estos seres han sido fuente de inspiración para muchos músicos.

Quizás el caso más significativo fue el de Oliver Messiaen, quien en 1931 se interesó por el canto de los pájaros, los sonidos del agua y del viento cómo aquella música creada por la naturaleza. Después de años de tomar apuntes de las diferentes aves de los bosques de Francia y de realizar una exhaustiva clasificación ornitológico-musical, Messiaen pudo componer su extenso y ambicioso “Catálogo de pájaros para piano”. En sus propias palabras “Los pájaros son músicos: primero escuchan las gotas del agua y los silbidos del viento y luego cantan.”

No obstante, existen otras historias menos conocidas pero no menos importantes, como fue la de Mozart, quien reconoció como el compositor principal de la pieza “A musical Joke” a su pájaro, cuyo canto está reflejado como el motivo principal de su obra y al que enterró en compañía de todos sus amigos en un bonito funeral, prueba del cariño que por este sentía; pero también se sumó a esta moda Vivaldi, que se inspiró en su jilguero para componer su concierto para flauta en Re M “Il Gardelino” y muchos otros compositores famosos como Haydn, Bach, Beethoven, Wagner, Saint-Saëns, Bela Bartok o Prokofiev, entre otros, que quisieron representar en sus composiciones el canto o el movimiento de los animales.

Como vemos, es evidente que los animales han servido para inspirar siglos y siglos de la historia musical del hombre, pero ¿funciona igual a la inversa?¿la música humana es igual de satisfactoria para sus oídos?

Según una investigación referida a nuestras mascotas y conducida por Deborah Wells, psicóloga de la Universidad Queen, en Belfast,” los perros se comportan de manera diferente en respuesta a diferentes tipos de música, por ejemplo, mostrando comportamientos más sugestivos de relajación en respuesta a la música clásica y comportamientos más sugestivos de agitación en respuesta a la música heavy metal”. Sin embargo, muestra diferencias entre las distintas razas de estos, ya que varían mucho de tamaño, rango vocal y ritmo cardiaco. Además admite que” los perros grandes como labradores, pastores alemanes o mastines, tienen rangos vocales muy similares a los de seres humanos masculinos adultos”. Apoyando esta postura, Snowdon, un psicólogo de animales en la Universidad de Wisconsin-Madison, perfila que “es posible que los perros y gatos puedan ser sensibles a la música en nuestra gama de frecuencias. Mi predicción es que un perro grande puede ser más sensible a la música humana que un perro pequeño, como un Chihuahua”. Sin embargo, este es un terreno aún en vías de estudio e investigación.

Según mis propias convicciones, creo que es posible que los animales sean sensibles a nuestra música pero aun en mayor grado, lo son nuestras mascotas, por dos motivos inequívocos: primero por su gran sentido auditivo y segundo, principalmente, por la influencia del tiempo que comparten con nosotros, con nuestros hábitos y gustos, y con nuestras interpretaciones, en el caso de la mascota tenga como dueño a un músico.

Para fundamentar esta hipótesis, encontramos numerosas ejemplos en youtube de animales domésticos, que animados por sus “amos”, participan en la interpretación de música conjunta, aúllan notas afinadas, cantan e incluso son capaces de tocar al piano la nota que se les entona. Realmente es impresionante comprobar a través de ellos, como es posible que la música pueda ser un lenguaje universal tanto para hombres como para sus mascotas, y porque no, pensar en que se establezca una conexión y comunicación aún más fuertes entre ambos seres a través de esta música en común.

Hay que tened en cuenta que en el caso de que la mascota pertenezca a un músico intérprete, con práctica cotidiana, tiene que soportar años y años de su perfeccionamiento. Viendo pacientemente como su dueño se muestra obsesionado con sus escalas, sonido, embocadura, digitación. Que si ahora “la flauta no suena bien”,… que si “este pasaje no me sale”,… que si “aquí no logro este la sobreagudo en pianísimo”…Es normal que para el intérprete todo se le haga un mundo en sus días de estudio, y quizás, muchas veces dejemos de lado el verdadero sentido de la música, como es el de comunicar y el de crear un mundo de sonidos que son placenteros para los demás. Casi no nos damos cuenta que es posible que aquellos que creemos que no nos escuchan, estén atentos a estos hechos y disfrutando con nuestras notas, sin juzgarnos como nuestros profesores o compañeros, relajándose con tus sonidos y esperando a que tu toques disfrutando para que ellos lo puedan hacer también.

Por esto mismo, hoy más que nunca, quiero contaros la historia de mi gran compañero, aquel que me acompañó 15 años, aquel que se sentaba a escuchar horas de flauta y que soportó con entusiasmo a Reichert, Trevor Wye, Andersen, Moyse o P. Bernold; aquel que me miraba extrañado mientras me desesperaba con aquel dichoso pasaje de Prokofiev, que lamía mis heridas cuando me desesperaba con el concierto de Ibert; aquel que se relajaba con la Sonatina de Dutilleux o con el 3ºMovimiento de la Sonata de Hindemith esas tardes del verano cálido, tan propio de la Mancha. Ese perro al que un día alguien abandonó, que rescatamos del sacrificio de la perrera y que todos estos años ha protegido mi casa y a los míos, agradeciendo cada minuto que pasaba acariciándole. Ahora se que él me dio más música de la que yo le di …

Gracias a todos esos seres que nos han acompañado y servido, esos que siempre están ahí a pesar del egoísmo humano. Este es mi pequeño homenaje para vosotros y, en especial, para ti.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tus comentarios constructivos aqui. Tu opinión siempre cuenta para la mejora de nuestra enseñanza flautística.